Simply Present

 En este trabajo en grupo, consideramos un artículo del periódico El Mundo de junio de 2017 que habla de la figura del mediador en el aula. Estos mediadores son elegidos de entre los alumnos de la clase y su función es intervenir en conflictos entre sus compañeros, si estos son leves, o reportar al tutor los de carácter más grave. Tras leer el artículo en alto y considerar esta propuesta, llegamos a la conclusión de que esta figura parece poco más que un intento por parte del centro de lavarse las manos en cuanto a mejorar el control del comportamiento entre sus alumnos. Creemos que hace más mal que bien, ya que se deroga sobre un alumno responsabilidades que en la mayoría de los casos van a estar por encima de sus capacidades, a la vez que se le coloca en una posición más bien precaria desde un punto de vista social frente al resto de sus compañeros, lo que puede resultar en bullying. En este caso la frase"¿quièn vigila a los vigilantes?" adquiere un sentido algo distinto al

A mi juicio, la educación española es víctima de la discordia y la falta de acuerdos que caracteriza a la política de nuestros días. Lo que necesitan tanto los alumnos como profesores es regularidad y constancia: los cambios deberían ocurrir despacio y de manera controlada, con objetivos bien definidos. Las cifras que hacen a un sistema educativo competitivo a nivel global no tienen por qué corresponder con las que necesita la población a la que este afecta. No podemos pretender acercarnos al modelo finlandés o coreano sin tener en cuenta primero lo que somos. España no es Finlandia. España no es Corea. Y por muy extraño que parezca, no tiene por qué serlo. La educación española debería tener en cuenta las deficiencias existentes y plantearse metas realizables y coherentes con la situación socio-económica del país. Un país no debería de convertirse en el patio del recreo para que los varios partidos políticos pongan a prueba las propuestas y programas de turno sin ningún tipo de consen

  ¡Hola! Me llamo Gabriel y me entusiasma el inglés. Desde que mis padres me apuntaron a una academia a principios de primaria me he ido interesando más y más por el idioma y por varias de las culturas que lo comparten. El amor por la literatura en lengua inglesa me ha llegado un pelín más tarde, ya en la carrera. Estudios Ingleses no fue mi primera opción: tras poco más de medio año en Ingeniería Informática me decidí a cambiar de carrera, y ya que no se me daba nada mal el inglés, no me pareció mala idea probar. Creo que acerté. Los cuatro años de carrera me han enriquecido tremendamente, tanto intelectual como personalmente, y aunque en algunos momentos llegué a pasarlo mal, desearía que hubiesen durado un poco más. Veo que alargar la carrera corre ahora de mi cuenta. He de confesar que mi decisión de convertirme en profesor ni es definitiva ni ha surgido de la vocación, sino más bien de la indecisión. Soy bastante indeciso. Me gusta mucho la literatura, como ya he mencionado, t