20. Un conflicto en el aula
Como ejemplo de un conflicto muy común pondría el que un par de alumnos hablen cuando el profesor está de espaldas, escribiendo algo en la pizarra. Es ese murmullo que siempre está ahí, como el que viene desde la ciudad al dejar la venta una noche de verano, solo que este no te deja dormir. Recuerdo a muchos de mis profesores intentando hacer callar a estos alumnos dando voces o regañándolos, pero como he ido aprendiendo en el máster, aunque la intención es buena, esta no es la mejor forma de hacerlo. Si hacen eso es porque seguramente se aburran. Les llamaría la atención de manera calmada una, quizás dos veces, pero después cambiaría de técnica. Quizás los hiciera participar en la clase, planteándoles preguntas, pero siempre sin rencor ni intención de regañar. Lo primero es empatizar, después actuar.
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